Las iglesias de Bareyo y Ajo están entre las más demandadas.
El periodo fuerte del turismo estival alcanza su recta final y el Plan de apertura de los monumentos histórico-artísticos religiosos de Cantabria no se ha puesto en marcha porque la Consejería de Educación, Cultura y Deporte no ha rubricado el convenio que cada año suscribe con el Obispado de Santander para hacer frente a las nóminas de unos 60 guías encargados de ofrecer una rigurosa información en casi medio centenar de templos de la región durante los meses de julio, agosto y septiembre. El verano se acaba y no hay noticias del convenio. Las instituciones implicadas no se pronuncian. La cantidad contemplada en el documento es de 120.000 euros, que el Obispado no ha querido adelantar y que Cultura venía pagando desde hace más de una década. Y dos colectivos salen claramente perjudicados de esta situación: por un lado los guías, que percibían entorno a 600 euros al mes; y los turistas, que en número de hasta cuatrocientos mil han hecho uso de este servicio turístico en ediciones precedentes.
El periodo fuerte del turismo estival alcanza su recta final y el Plan de apertura de los monumentos histórico-artísticos religiosos de Cantabria no se ha puesto en marcha porque la Consejería de Educación, Cultura y Deporte no ha rubricado el convenio que cada año suscribe con el Obispado de Santander para hacer frente a las nóminas de unos 60 guías encargados de ofrecer una rigurosa información en casi medio centenar de templos de la región durante los meses de julio, agosto y septiembre. El verano se acaba y no hay noticias del convenio. Las instituciones implicadas no se pronuncian. La cantidad contemplada en el documento es de 120.000 euros, que el Obispado no ha querido adelantar y que Cultura venía pagando desde hace más de una década. Y dos colectivos salen claramente perjudicados de esta situación: por un lado los guías, que percibían entorno a 600 euros al mes; y los turistas, que en número de hasta cuatrocientos mil han hecho uso de este servicio turístico en ediciones precedentes.
La decepción entre los guías es tremenda ya que para algunos de ellos se trataba de unos ingresos fundamentales durante el periodo estival. Este año, algunos de ellos empezaron en julio a enseñar las iglesias, pero al saber que no había convenio y que no iban a cobrar, han dejado la tarea.
No obstante, en algunos casos, como en la iglesia de Santa María del Puerto de Santoña, el servicio se sigue dando: la vocación y el compromiso católico de José Ángel Cavieces está por encima de todo, en este caso. En otros casos, la necesidad que tienen las parroquias de disponer de este servicio de información y de guías para atender las visitas y al mismo tiempo vigilar el arte mueble de los templos ha acelerado la búsqueda de fórmulas alternativas, desde solicitar ayudas a ayuntamientos, buscar gente dispuesta a hacer el trabajo sin cobrar o ofrecer una compensación económica al personal directamente por parte de las parroquias. Únicamente en la iglesia de Santa María de Lebeña el Obispado cuenta con una persona contratada todo el año para abrir esta joya mozárabe a los visitantes.
La mayor demanda
El balance que han realizado los responsables del Plan en años precedentes ha sido muy positivo, acercándose en algunos ejercicios las visitas al medio millón de personas gracias al establecimiento de un horario de mañana (de 10 a 13.30) y de tarde (de 16 a 19.30).
Los templos que mayor demanda tienen habitualmente son los de Castro, Laredo, Santoña, Isla, Novales, San Vicente de la Barquera, Piasca, Lebeña y la Catedral. A continuación se pueden situar los de Cigüenza, Arnuero, Retortillo, Cervatos, Guriezo, Castañeda, S. Mª de Valverde, Liendo, Reinosa, Soto Iruz, Las Rozas de Soba, Ajo, Bareyo, San Román de Moroso...