Siglos antes de que el cine y las películas norte-americanas le exportaran al resto del mundo la festividad del Halloween, eran muchos los lugares de la penísula Iberica y en buena parte de Iberoamérica donde se celebraban el día y la noche de Samuin, jornadas en la que la gente ponía en sus casas calabazas imitando calaveras junto a vasos de vino y algunos alimentos.
A la mañana siguiente se comprobaba que los espíritus, o lo que no son espíritus, habían consumido durante la noche aquellas bebidas y viandas, antes de volver a sus tumbas hasta el año siguiente.
A mi me lo contaron mis abuelos, pero hoy aun, algunos de los pocos viejos que nos quedan recuerdan que, al menos desde Cantabria hasta Galicia y medio Portugal, el nombre de Samain o Samuin, término celta que perdura desde hace casi tres mil años, y que también se llama así en Irlanda, que lo exportó a EE.UU., y este nos lo devolvió en versión Mechandaising .
En la actualidad, nuestros jóvenes y otros no tan jóvenes nos hemos creido que algo tan ancestral y propio como el Samuin es algo importado desde Hollywood, pero nada más lejos de la realidad.
En Iberoamérica, especialmente en México, el Día de Todos los Santos y la noche de los muertos es una fiesta principales del calendario. Las procesiones de coloristas disfraces, las calaveras, lo huesitos, las figuras de miga de pan, son mezcla de religión y folclore, Samuin y culto a la muerte de los pueblos nativos, mezclados con tradiciones católicas y paganas de los conquistadores españoles.
Ya pasó allá por octubre del 2009, pero aun sigue sorprendiendome las palabras que el antiguo obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sanchez, dijo siendo aun obispo, "costumbres paganas como esta" (Halloween) pueden hacer desaparecer costumbres "arraigadas y beneficiosas" acusando a la fiesta de Halloween o Samuin en una homilía como paganismo cinematográfico, ignorando que calabazas, muertos, ánimas y fantasmas son parte de nuestro Samuin.
Sepa, don José, que no es paganismo cinematográfico. Es paganismo autóctono, Y recuerde que, aunque el cristianismo trató de erradicarlo, terminó adoptándolo: por eso el papa Gregorio IV convirtió el viejo Samuin en fiesta de Todos los Santos en el año 840.
Y que sepa también que el Samuín es la festividad de origen celta más importante del periodo pagano que dominó Europa hasta la imposición del cristianismo. Conmemoraba el final de la temporada de cosechas y era considerada como el "Año Nuevo Celta", que comenzaba con la estación oscura. Es tanto una fiesta de transición (el paso de un año a otro) como de apertura al otro mundo. Ha sido practicada desde hace más de tres mil años por los pueblos celtas que han poblado toda Europa (en Iberia en lugares como Galicia, el norte de Portugal, algunas zonas de Asturias, Cantabria, Euskadi, Navarra, y en gran parte de León).
Saludos Ñeros
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