No podemos pensar otra cosa que muchos dirigentes políticos aun no se han enterado de como está funcionando la crisis. Para muestra un
botón.
El pasado 18 de enero de 2012 anunciaba el alcalde "
regionalista" de
Bareyo, entre otras cosas, en el Diario
Montañes (
Ver noticia) que los espacios libres
dotacionales contemplados en el próximo
PGOU se creen que se destinarán para
equipamiento y áreas de recreo, así como para promoción de vivienda pública.
Vivienda pública, ahí está la cuestión. En el pueblo de Ajo (
Bareyo) ya están
terminándose de construir 43 viviendas de Protección Oficial de promoción privada. El sorteo de tales viviendas entre los demandantes de vivienda inscritos fue anunciado a bombo y platillo para gloria un alcalde que se creía el benefactor de los "sin casa", pero los meses pasan y lo que
podíamos pensar que
beneficiaba a los "sin casa", perjudica
grávemente a los que queriendo vender la suya han perdido 43 posibles y potenciales compradores que acudieron a la Protección Oficial. Ahora, pareciendo que estas prácticas cosechan réditos electorales, nuestro alcalde anuncia la promoción de más vivienda pública en espacios libres
dotacionales. No aprendemos.
¿Es compatible la promoción de la vivienda pública con la venta privada? Se puede afirmar
contundéntemente que la promoción de vivienda pública nueva perjudica gravemente la venta privada de inmuebles. Que la competencia desleal que supone la venta de vivienda nueva de Protección oficial con ayudas públicas hace que las ventas privadas disminuyan y bajen, aun más, los precios, como única salida a la falta de
financiación y la competencia desleal de lo público.
¿Qué podemos hacer entonces? ¿Por qué construimos más viviendas si las hay vacías y en venta? Es incomprensible atajar la crisis provocada por el ladrillo con más ladrillo, solo la intención de salvar los muebles a
constructores amigos, dueños de terrenos o a uno mismo explica el empecinamiento de ciertos alcaldes en la promoción de vivienda pública de nueva
construcción. Y es que el acuerdo de vendedores privados de vivienda usada y la promoción pública de su alquiler o venta a unos precios públicos con una bien que posible
financiación pública, haría que muchos inmuebles
provocadores de impagos y crisis saliesen al mercado, que los demandantes de vivienda ocupasen las viviendas ya construidas, que no se ocupase más suelo, que el dinero público sirviese para rescatar a las familias y no a los bancos, y te todo este entramado bancario y del ladrillo que ha llevado a tanta gente al desempleo pudiera ponerse otra vez en orden. Pero no, aun se sigue pensando en relanzar o en mantener el modelo económico que no ha llevado a la crisis. ¿Tan
difícil será hacer las cosas bien?
El ejemplo del
muncipio de
Bareyo es trasladable a muchos otros que no ayudan para nada a salir de la crisis, una crisis donde solo aportando todos y todas un poco de solución
podremos salir antes. Si, he dicho "salir antes", porque salir vamos a salir, pero cuando más tardemos, cuando más recortes soportemos, cuando más suban los impuestos, cuando más
disminuyan nuestros derechos laborales, nuestra sanidad, nuestra educación o nuestra defensa de lo social ante lo
puramente económico, cuanto más tarde salgamos, más personas lo perderán todo, más
desigualdades habrá y menos libertades disfrutaremos.
Saludos
ñeros