Parece mentira que aun hoy aquí haya que recordar que la democracia es una forma de organización social en la que la titularidad del poder se atribuye al conjunto de la sociedad, es una forma de organización de los organismo de un Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que dan legitimidad a sus representantes, es una forma de
convivencia social en la que todos sus miembros son libres e iguales y las
relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales justos.
Los totalitarismos, las autocracias, la monocracias, las dictaduras, las juntas militares, son sistemas fáciles que atienden solo a los intereses de quienes ostentan el poder, la democracia en cambio es un sistema muy difícil que debe de ser sustentada constantemente sin descanso. No se puede ser demócrata amparado en sistemas inmóviles, que fueron apoyados por un pueblo ya muerto, cuyo único avance consistía en poder ver algo de luz.
Entiendo que el pueblo de ayer no es el de hoy, la legitimidad de un representante de un pueblo de ayer es cada vez menor y necesita renovarse. Hay que buscar fórmulas que deslegitimen y expulsen a los representantes del pueblo cuando estos mienten o no buscan el bien común en igualdad y libertad.
El caso es que cuando ya sabemos en que consiste la democracia claramente, bien podemos asegurar que aquí, si existió de verdad, ahora cada día hay menos. Representantes corruptos, partidos no democráticos, leyes mordaza, restricciones electorales, desigualdades, supresión de derechos, control de los medios, etc
Vamos a tratar la democracia como una enfermedad. Ya sabemos lo que es, ya sabemos donde está o donde está dejando de estar, ahora tenemos que cuidarla en su origen.
Para que una sociedad avance democráticamente en igualdad y libertad debe educar a sus miembros desde su nacimiento en la intolerancia hacia la mala administración de lo público. Cuando las personas democráticas no hemos sido educadas en la lectura crítica de cosas que nos rodean, acabamos tolerando conductas no democráticas de nuestros representantes, nuestros partidos o nuestros gobernantes, y lo que es peor, acabamos pensando que nuestra NO DEMOCRACIA es lo más democrático que se puede ser.
Pongamos por ejemplo los partidos políticos con actual representación en el Parlamento de Cantabria. El PP y el PRC nos imponen sus representantes como les viene en gana, incluso sin contar con sus militantes. El PSOE, actualmente en un proceso pseudo-democrático de renovación, restringe con avales el acceso a ser representante del partido, y seguramente quien gane la Secretaría General no tenga ni la mitad de los votos de todos los militantes. ¿Que democracia podemos tener de sistemas NO democráticos?
Otros ejemplos de NO DEMOCRACIA son el sistema de elección de representantes a través de listas cerradas, la propia ley electoral, el porcentaje mínimo para obtener representación, el sistema D´Hondt....
Lo curioso del tema es que la empeora parece no tener fin. Últimamente el PP insinúa que aplicando su rodillo antidemocrático los alcaldes sean elegidos siempre entre la lista más votada. PSOE y otros ponen el santo en el cielo diciendo que esto requiere un amplio consenso. Pregunto yo, ¿la elección del Secretario General del PSOE no se hace al más votado? Al final tanto uno como otros pretenden que la minoría más votada gobierne a todos. El sistema no promociona el entendimiento, cambiemoslo.
Aquí el sistema está cargado de mecanismos viciados por el origen dictatorial de la Constitución. Algunos dirían que la única forma de solucionarlo es su reforma. Yo pienso que esta casa vieja tiene difícil arreglo si sus cimientos de origen están mal apoyados. Demoler y edificio nuevo puede ser lo mejor.
Saludos Ñeros