Madina no es la solución
In Política on 23/10/2012 at 00:19
Vaya por delante que Eduardo
Madina me parece un gran compañero trabajador y comprometido, un
socialista al que respeto pero que no me parece adecuado para ser el
Secretario General de todos los socialistas y mucho menos el candidato
por el PSOE a unas elecciones generales. ¿Por qué? Os preguntaréis y
como bloguera vuestra que soy os debo una explicación y esa explicación
que os debo, os la voy a dar…
Lo primero que no me gusta de Madina es
que ha estado amparado, tutelado y protegido por el Partido desde que
sufriera el repugnante atentado terrorista en el que perdió una pierna.
No ha trabajado fuera del Partido, no ha conocido más realidad laboral
que la vida política y sus aledaños, no ha hecho cola en la oficina del
paro, no ha sufrido para llegar a fin de mes y así, difícilmente se
pueden comprender los problemas de aquellos que padecen la miseria que
acarrean las políticas pro capitalismo en este país.
Lo segundo que no me gusta de Madina es
que las élites oligárquicas del Partido lo protegen como el elegido para
colocarlo convenientemente en primera línea cuando lo consideren
formado. Prefiero aquellos que han peleado en sus municipios, en sus
Comunidades Autónomas, que han ganado o perdido elecciones municipales,
que han tenido que defender su posición dentro de las estructuras
orgánicas e institucionales y que por tanto se han curtido en mil
batallas.
Lo tercero que no me gusta de Madina es
que sea el número 3 o 4 del Partido Socialista Obrero Español y que, por
ejemplo, en su twitter se dedique únicamente a hablar de música, a
hacernos recomendaciones musicales o artísticas. Que no se moje ni
cuando llueve. Que no se le haya conocido una metedura de pata, una
salida de tono, un acierto o un error.
Lo cuarto que no me gusta de Madina es la
poca cintura que se le vio cuando le entrevisto Ana Pastor, periodista
incisiva pero justa, que cumple con su trabajo, el de preguntar lo que
realmente nos interesa a los ciudadanos y no dejar que el político se
zafe saliéndose por la tangente. Eduardo pareció ofendido toda la
entrevista de que alguien osara contradecir su impecable y bien
aprendido discurso orgánico.
Finalmente hay un resquemor íntimo, casi
personal hacia Madina que he de confesaros para resultar sincera. No
puedo perdonarle que sonriera de medio lado complacido con la idea de
que Alfredo Pérez Rubalcaba pretendiera echar a Maru Menéndez de la
Ejecutiva Federal por unas supuestas filtraciones, que luego hubo de
reconocer nuestro Secretario General que no habían sido tales. No puedo
olvidar con qué fingido escándalo preguntaba ilusionado: ¿la vas a
echar? como si en lugar de hablar de una compañera ejemplar lo hiciera
de una enemiga feroz.
En este mundo, tan malos son los que
hacen el mal como los que contemplan complacidos o indiferentes a los
que hacen el mal. Demasiado resabio, demasiada mala arte en alguien tan
joven, que se supone tan puro, tan modélico, el hijo predilecto de
Ferraz.
Cuando has sido parte del problema desde
tus inicios, difícilmente puedes ser la solución. Quiero alguien que no
haya asumido las malas maneras de conducirse que tiene este Partido
desde hace ya algunos años. Alguien que no haya estado en la cocina de
las últimas decisiones contra la militancia: la pantomima del Congreso
de Sevilla donde se conculcaron los Estatutos para no debatir miles de
enmiendas reglamentariamente aprobadas por los militantes. Los sucesivos
aplazamientos de la prometida Conferencia de Organización reconvertida
en Conferencia Político, Organizativa y lo que sea menester.
No se quién será ese alguien que devuelva la ilusión a los socialistas, pero tengo claro que Eduardo Madina, no lo es.