Marcelino fue el revulsivo que parecia necesitar el Racing, en un encuentro épico frente al Sevilla, uno de los grandes de la liga El Racing ganó ayer al Sevilla por 3-2 en un partido loco en el que Arana hizo el tanto de la victoria en el tiempo de descuento, en un partido que significó la vuelta de Marcelino al banquillo de El Sardinero.
El partido comenzó con el Racing dejando el control del juego al Sevilla y realizando la presión en campo contrario, aunque la primera ocasión de peligro fue para los cántabros con un tímido remate de cabeza de Ariel a centro de Munitis. El Sevilla quería el balón y el conjunto cántabro se lo dejaba, pero en una buena combinación por la banda entre Pinillos y Kennedy el balón fue despejado a córner. El saque de esquina lo lanzó al corazón del área Adrián, Christian saltó con Palop ganándole la partida al meta valenciano enviando el balón al fondo de las mallas haciendo así el 1-0 para su equipo.
Cinco minutos más tarde el Sevilla pudo empatar el partido por medio de un penalti que señaló el árbitro por un derribo de Christian a Jesús Navas dentro del área grande. El encargado de lanzar la pena máxima fue Negredo pero su duro disparo fue despejado por Toño que salvó a su equipo del empate. El partido se había vuelto loco, y dos minutos más tarde del posible empate del Sevilla una falta lateral lanzada por Kennedy sorprendió a Palop, que no pudo hacer nada para evitar el segundo gol, tras dar el balón en Rakitic.
Mejor no podía haber comenzado la segunda etapa de Marcelino al frente del Racing, tras 20 minutos de juego el conjunto santanderino ganaba por 2-0 a su rival dejando un grata impresión a los aficionados que ayer estuvieron presentes en El Sardinero.
A los cántabros se les notaba con ganas y no pararon de generar juego ofensivo. A los 30 minutos Adrián pudo hacer el tercero, pero cuando la grada ya cantaba el tanto del madrileño Palop evitó el gol con un gran estirada. El Racing estaba a gusto y mandaba en el partido, ante un que Sevilla adelantó las líneas en busca de acortar distancias, pero el Racing se mostraba muy seguro atrás y muy peligroso a la contra. Cuando el partido estaba llegando al filo del descanso una dura entrada de Christian a Dabo en el centro del campo fue interpretada por Iturralde como roja directa para el canterano. El posterior saque de la falta lo ejecutó Rakitic que envió el balón al área ante la llegada de Fazio que con un duro remate de cabeza acortó distancias para su equipo. Los últimos cinco minutos de la primera parte se le hicieron largos al Racing con un Sevilla que se hizo claramente con el control del partido y pudo que empatar por medio de Fazio y Jesús Navas.
Ante la expulsión de Christian en la primera parte, Marcelino retiró en el descanso a Munitis para dar entrada a Cisma en el lateral izquierdo. El Racing comenzó muy replegado atrás cediendo el control del esférico a un Sevilla que poco a poco metía atrás al conjunto santanderino encadenando ocasiones de gol aunque ninguna de ellas clara. Marcelino veía como a su equipo le faltaba chispa para llegar al área de Palop y retiró del terreno de juego a Adrián y Ariel para dar entrada a Arana y Giovani.
El partido era una agonía para un Racing que veía como no pasaban los minutos con un Sevilla que seguía generando cada vez más ocasiones de peligro, como la que tuvo Negredo en el 79 tras un centro de Rakitic, pero el violento cabezazo del vallecano se estrelló en el palo derecho de Toño.
A falta de ocho minutos para el final, Iturralde decretó pena máxima tras interpretar como penalti un despeje de Kennedy que no llegó a contactar con el balón pero si con Capel. Esta vez el encargado de ejecutar el lanzamiento fue Luis Fabiano que hizo el empate a dos para su equipo.
Cuando el partido llegaba a su fin y con el Racing pidiendo la hora para que el colegiado pitase el final del encuentro, un balón largo de la defensa racinguista lo recoge Arana que ante la salida en falso de Palop pone el balón por encima del arquero valenciano haciendo 3-2 definitivo y el tanto que daba la victoria a su equipo y que fue celebrado por todo la alto por la grada que despidió a su equipo con un fuerte ovación.