Hace más de 900 años, la Europa medieval se convirtió en la primera
gran civilización que no funcionaba gracias a la fuerza muscular. Miles y
miles de molinos de viento y norias transformaron radicalmente la
industria y la sociedad. Fue una revolución industrial totalmente
alimentada por energía renovable – con lo que hoy solo podemos soñar.
El
viento y el agua movían los molinos que eran, en esencia, las primeras
fábricas de la historia. Se trataba de un edificio, una fuente de
energía, la maquinaria y los empleados, y de ellas salía un producto.
Los molinos de viento y las norias no eran tecnologías nuevas – ambas
máquinas aparecieron en la Antigüedad y las que se usaban en los
inicios de la Edad Media no diferían técnicamente de aquellas. Sin
embargo, antiguas civilizaciones como la griega y la romana apenas las
utilizaron, posiblemente debido a la más que
suficiente mano de obra esclava.
Además de la producción de harinas, dos aplicaciones importantes de la
tecnología del molino de viento eran la desacación de terrenos o bombeos de agua y el aserrado de
madera.
En europa los molinos también fueron utilizados para triturar yeso (necesario para
fabricar cemento), triturar mortero, drenar las minas, ventilar pozos, pulir vidrio y en la fabricación de pólvora.
Como vestigios del pasado los molinos de viento del centro de Alemania nos recuerdan que aun es posible desarrollarse con energías renovables.
Saludos Ñeros