Yo entiendo la política como la totalidad de conjuntos y subconjuntos que componen la sociedad, dando por hecho que todo forma parte de la política. A todo este espectro tradicionalmente se le ha dividido en derecha y en izquierda, pudiendo hacer una separación de ambos de una manera perfectamente clara.
La derecha siempre se ha asociado a posiciones conservadoras, capitalistas, religiosas, liberales o simplemente opuestas a la izquierda política. Nacionalismo, patriotismo o regionalismo son tomadas desde la derecha desde un punto de vista conservador y tradicionalistas abogando por el liberalismo económico y encuadrando a la sociedad en estructuras jerarquizadas y disciplinadas.
Democracia cristiana llaman algunos a lo que yo entiendo como el tratar de aplicar los principios del catolicismo a las políticas públicas, cosa que no tiene que ser mala si se aplica en un lugar donde todo el mundo sea católico en un mismo grado de creencia.
Forma también parte del comportamiento de la derecha defender la preservación del orden social establecido protegiendo la moral (su moral) dentro de unos valores tradicionales.
La derecha, al igual que la izquierda, tiene su vertiente extrema y su vertiente totalitaria y ambas las descarto en este articulo.
Frente a la derecha se situa la izquierda que considera prioritario el progresismo y la igualdad social conseguida a través de derechos colectivos, el aconfesionalismo y la multiculturalidad.
La izquierda tiene dos principales familias, la izquierda revolucionaria, que contempla métodos no democráticos para la consecución de sus principios y la izquierda reformista que aboga en todo momento por métodos democráticos. Esta última es la que aquí quiero defender como un compendio de socialdemocrácia progresista frente al inmovilismo conservador, de economía mixta frente a capitalismo liberal, de derechos colectivos frente a vulnerabilidad individual, de aconfesionalismo frente a impuesta disciplina, de multiculturalidad frente a globalización del pensamiento.
Hace 3 días
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