
Por Víctor GIJÓN
Se presentan opiniones como si fueran verdades como puños y, a la postre, resultan ser mentiras del tamaño de una montaña. Es así como se crean estados de opinión, percepciones que nada tienen que ver con la realidad, pero que cuando los hechos las desmienten ya han sido descontadas. Pasados los meses se darán por ciertas las mentiras, aunque la realidad haya sido muy distinta. El siempre lúcido periodista económico Alberto Ibáñez pone el dedo en la llaga en un comentario del último número de Cantabria Económica. ¿Recuerdan los innumerables artículos, las miles de declaraciones de políticos, economistas, santos y demonios, paseantes en Corte y opinadores de a tanto el insulto, afirmando que la subida del IVA, decretada por el (ponga aquí el insulto más duro que se les ocurra) Gobierno de (otro insulto mayor) Zapatero, provocaría tal inflación que arruinaría a las familias que todavía no lo estaban? Pues bien, ni en el mes de julio, ni en agosto,ni en septiembre se ha producido esa anunciada alza de precios de terribles efectos. ¿Se ha disculpado alguien? Dice el director de la revista económica que no le consta. Por supuesto que ninguno de los políticos que acusaron al Gobierno de tomar medidas equivocadas contra los ciudadanos han llamado a Zapatero para decirle, “oye, macho, perdona, que nos equivocamos y eras tú el que tenías razón”. Metidos de lleno en la estrategia de calificar como intrínsecamente mala, perversa y dañina cualquier medida que adopte el Gobierno, al que sólo se le da por buena una decisión: que dimita y convoque elecciones anticipadas, no dudan en criticar lo uno y lo contrario. Lo destaca también Ibáñez en su comentario. Los mismos que votaron en contra de dar dinero a los ayuntamientos para la realización de obras son los que reclaman ahora que no se recorten las inversiones en obra pública para no parar la economía. El PP por un lado pide más dinero (Ayuntamiento de Santander, Diego en los presupuestos generales ...) y por otro denuncia que el Estado se endeude. En el debate regional la última cuestión candente son los cambios en la política fiscal. Dicen los populares que es meter la mano en el bolsillo de los ciudadanos. Como forma de conseguir votos -a nadie le gusta pagar a Hacienda- está muy bien, pero deberían explicar cómo hacer frente al déficit presupuestario provocado por la crisis sin elevar los impuestos. Y que no vengan con el cuento de adelgazar la administración (¿cuántos funcionarios estarían dispuestos a despedir?) o ahorrar en gastos superfluos que nunca concretan para no pillarse los dedos. Y es que a lo mejor es superfluo pagar extras a médicos que hacen fuera de horario tareas exigibles en su jornada laboral y, por tanto, cobrando doble. Claro que entonces se verían en la tesitura de no poder jalear esas huelgas que algunos colectivos organizan en cuanto huelen las elecciones. (9 de octubre de 2010. Publicado en Aqui Diario Cantabria)

