Es muy bonito para quien escribe en este blog volver a disfrutar de las pruebas de atletismo.
Ayer domingo, viendo a los niños y las niñas corriendo bajo la lluvia, he recordado la mojaduras que, como ellos, he pillado yo aquellos lluviosos domingos de invierno corriendo por ahí, haciendo cross.
Recuerdo alguna vez que los padres tenían que ir limpiando la cara a los niños para reconocer "al suyo" de la cantidad de barro que teníamos en la cara, teníamos que limpiarnos como podíamos en cualquier sítio, y no tengan miedo, "no nos moríamos de frío", es más, nunca pille ningún catarro.
Las carreras de cross se convertían, y se convierten, en auténticos lodazales donde te metes hasta el tobillo, y hace que solo unos pocos, los más curtidos, entrenados y habilidosos, se proclamen victoriosos.
Recuerdo una ocasión que habiendo llegado ya a la meta, miré a mis compañeros que llegaban "negros" como consecuencia del agua y la pista de ceniza que había en los Corrales de Buelna, solo en aquel momento me di cuenta que yo también estaba teñido de negro.
Es el atletismo un deporte muy duro, en el que además de entrenar mucho, hay que tener cualidades.
Yo solo me defendía en velocidad y en pista, cuando aquello la única pista, "de goma" que decíamos entonces, era la del Albericia.
Ayer, bajo la lluvia, me acordé de todo. No solo los recuerdos me han ayudado a disfrutar del "Costa de Ajo", también el expectaculo que todos los participantes han dado, desde el primero al último.
Para mi, todos son los ganadores, aunque solo uno o una haya sido el ganador.
Saludos Ñeros
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