No parece posible que pase un día sin que el PP se ponga en evidencia. Ayer montaron toda una escandalera ante la propuesta del Gobierno para que el Código Civil permita alterar el orden de los apellidos de los hijos, no teniendo prevalencia el paterno. Pues bien, hoy la dirigente popular Mercedes de la Merced afirmaba en Santander que tal posibilidad está vigente desde 1999, cuando el PP gobernaba España. ¿Insolvencia, vagancia o la imperiosa necesidad de oponerse, no importa a qué, pero en todos los casos, día y noche, al Gobierno? La escena en Génova, sede de los populares, podría parecerse bastante a lo que les voy a describir a continuación y no piensen que todo es fruto de mi imaginación. En los despachos de la planta noble sestean, puro en una mano, mando de la tele en la otra, los principales dirigentes de la formación conservadora. Suena el teléfono interior, que para no interferir en el seguimiento de la telenovela o el evento deportivo no hace ring-ring sino que avisa con una luz roja centelleante. El dirigente descuelga y escucha con desgana. A continuación llama al responsable de prensa para que avise a los medios de comunicación de que va a hacer una importante declaración. Y la hace. Y califica de cortina de humo, de intento de despiste y ocultamiento de los principales problemas de España, que el Gobierno quiera aplicar los criterios de la ley de Igualdad en el Registro Civil. Dicho en cristiano: que el primer apellido de un hijo será el que la pareja decida y no por bemoles el del hombre. Declaración que complementa con algún comentario pretendidamente jocoso, preparado por el club de la comedia popular instalado en las catacumbas de la sede del PP. Los chistosos están junto a los dinamiteros, encargados de coger toda declaración, manifestación o ley del Gobierno y volarla en cinco segundos. Como, probablemente, en su mayoría son becarios, con la única ayuda del manual del contestador automático preparado por Pedro Arriola, pero que no incluye consultar la hemeroteca, a veces cometen errores de bulto como atacar a una ley aprobada por el Gobierno del partido que les paga el sueldo. Un error que podría ser fácilmente descubierto por Rajoy, que fue triministro y vicepresidente del Gobierno. Pero está visto que no sólo Alfonso Guerra estaba de oyente en el Consejo de Ministros. Así que si De la Merced no se equivoca, que no parece, lo que hoy critica el PP fue lo mismo que ellos aprobaron ayer. ¡Viva la coherencia! No mucho más coherente se mostró en la misma rueda de prensa en la que participó la presidenta de Mujeres del PP por la Igualdad el líder de los populares cántabros. Ignacio Diego atacó ayer al Gobierno regional por no tener política de igualdad y ser responsable de que en el paro haya más mujeres que hombres. No contento con eso llamó la atención sobre gastos en su opinión superfluos. Por ejemplo, la celebración de dos días de la Mujer Rural, uno por el PSOE y otro por el PRC, contraponiendo el gasto realizado con el recorte de la paga por hijo a las madres. Es evidente que los dineros de una y otra acción no son comparables. Pero Diego insiste y denuncia que el malvado Gobierno regional deja al 75% de la madres cántabras sin ayuda. Lo que no dice es que se mantiene para las madres que lo necesitan y sólo se quedan sin ayuda aquellas para las que era calderilla ¿O es que acaso Cristina Mazas o Eugenia Gómez, madres recientes, precisaban de esas ayudas? (6 de noviembre de 2010. Publicado en Aqui Diario Cantabria)
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