11M, así sin más, es para muchísimas personas una fecha dolorosa. Una fecha que muchos desearían no haber vivido, pero que habiéndolo pasado no creo que debemos olvidar.
Aquellas bombas que segaron la vida y la confianza de mucha gente, confianza en sentirse seguros por no estar haciendo nada malo, han marcado una época en la historia reciente de nuestra colectividad. Antes sucedieron muchos atentados incluidos los del 11S, pero aquí esa clase de atentados los veíamos lejos. El 11M de hace 7 años nos tocó de lleno.
Hoy no puede ser un día alegre para muchos, pero la detención, esta misma noche, de terroristas de ETA en Francia, nos da la satisfacción de que todos los que participan de estas acciones de una forma u otra acaban pagándolo.
Hoy también ha ocurrido una catástrofe en Japón que aun no sabemos su magnitud y nos confirma otra dimensión de nuestra impotencia frente a las catástrofes naturales, y empequeñece nuestro ego sobre el dominio de lo que nos rodea.
En otros momentos históricos esta fecha tendría muchos motivos para dejar de existir. Después del 10 de marzo viene el 12 de marzo.