Trasladar a España las políticas de ajuste de Cameron obligaría a un recorte de 60.000 millones, a despedir a 250.000 funcionarios y a subir entre un 245% y un 300% las tasas universitarias
El documento, que lleva por título “La España de Rajoy y Cameron”, y que ha sido elaborado por el área de Economía de la Fundación IDEAS, trata de responder, en base a declaraciones de dirigentes del PP, en prensa y sede parlamentaria, a dos incógnitas: ¿qué iniciativas diferentes a las que ha tomado el Ejecutivo de Zapatero hubiera adoptado un Gobierno de Rajoy? , y ¿qué políticas económicas se derivarían del modelo hipotético propuesto por el PP?.El informe realiza proyecciones en base a la evidencia programática, pues, tal y como ha señalado Caldera, “en realidad hay pocos elementos claros en las propuestas de Rajoy para el futuro, aunque sí ha declarado que aplicará las políticas del primer ministro Cameron si llega a la Moncloa”. En base a esta afirmación, e importando a España las recetas del dirigiente británico, frente a la estrategia de consolidación fiscal aplicada por el Gobierno de Zapatero (gradual, de un tamaño de 27.000 millones, y de tipo mixto, 40% basada en recorte de gastos y 60% en aumento de impuestos), un hipotético Ejecutivo de Rajoy inspirado por Cameron “elevaría el recorte hasta los 60.000 millones y lo concentraría en la reducción del Estado del Bienestar (80% de recorte de gastos y 20% en incremento de ingresos)”, es decir, haría recaer el esfuerzo en las familias con ingresos bajos y medios”.
Según ha explicado Jesús Caldera, “en la práctica, un recorte tan drástico como el anunciado por Cameron equivaldría en España a reducir, o directamente eliminar, por valor de 13.000 millones de euros, las partidas de ayudas familiares por hijo, la renta de inserción para parados de larga duración, la de emancipación, las becas para estudiantes y las ayudas a la dependencia, por cierto gestionadas con retraso en algunas autonomías gobernadas por el PP como Madrid y Valencia”.
Como parte del programa de recortes diseñado por Cameron figura el proyecto “Gran Sociedad”, según el cual algunos servicios publicos pueden prestarse por los propios ciudadanos, de tal manera que el nuevo Gobierno británico ha decidido prescindidr de medio millón de funcionarios. Caldera ha recordado que “el PP ya ha incluido este concepto en su programa marco electoral de mayo, bajo el título eufemístico “Mejor Sociedad”. Un recorte equivalente en España implicaría despedir a 250.000 empleados públicos, entre ellos profesores, médicos y policías”.
En materia de educación, las medidas anunciadas por Cameron, y que han sublevado a los estudiantes, “en España elevarían el coste de las matrículas universitarias entre un 245% y un 300%, de tal forma que completar los estudios de grado llegaría a costar hasta 12.000 euros por alumno en las universidades públicas”.
El vicepresidente de IDEAS aludió también a las consecuencias que tendría aplicar la doctrina Cameron en materia de energía, inmigración y medio ambiente. Con respecto a la política energética, “tanto Cameron como Rajoy defienden un renacimiento de la energía nuclear, prolongando la vida útil de las centrales hasta los 60 años y buscando emplazamientos para nuevas centrales, al menos 2 en España, lo que podría costar hasta 15.000 millones más”.
Con respecto a la inmigración, el informe recuerda que el primer ministro británico ha llegado a culpar a los inmigrantes de la crisis, y ha propuesto limitar la entrada de trabajadores extranjeros a 100.000 por año. Caldera ha advertido contra el riesgo de que este discurso conservador avance en Europa, y ha apuntado que “trasladar el programa migratorio de Cameron a España no solo tendría consecuencias sociales, sino económicas de magnitud, porque España tiene necesidades demográficas y solo reducir la entrada de inmigrantes al 50% del flujo promedio de los últimos 4 años implicaría una reducción potencial del PIB español del 0,3%. Estamos ante un discurso meramente ideológico, sin base económica y que incluso va a perjudicar a su industria cultural, a los alumnos extranjeros que llegan anualmente al Reino Unido”.
Ambientalmente, Cameron ha llegado incluso a planear privatizar los bosques para recaudar 280 millones de euros. En España, una medida similar supondría que el 25% de la superficie forestal del territorio pasara a manos privadas.
El documento analiza el comportamiento de Rajoy durante las tres fases de la crisis para apuntar que “mientras el Gobierno de España adaptaba sus políticas a las fases de la crisis, Rajoy adaptaba sus contrapropuestas, sus no propuestas, a las medidas del Gobierno, aunque eso supusiera contradecirse a si mismo o ir en contra del consenso internacional”.
Así, en la primera fase (de declive y rescate), cuando el Gobierno, siguiendo las recomendaciones internacionales, aumentó el gasto público, Rajoy se opuso al Plan E, al Fondo Estatal para la Economía Sostenible y solicitó un recorte adicional de hasta 10.000 millones, “lo que habría mandado al paro a 910.00 personas y había restado 1,3 puntos al PIB”.
En la segunda fase (estancamiento y consolidación), y cuando todos los expertos recomendaban reducir los déficits fiscales acumulados en la primera etapa, lo que exigía racionalizar el gasto público, Rajoy votó en contra de los recortes, e incluso lideró una rebelión contra el IVA, “que incluso aprobó Cameron. Si esa incongruencia fiscal hubiera triunfado, los ingresos públicos habrían caído 12.000 millones, los gastos habrían aumentado 8.000 millones y el aumento del déficit había sido de 2 puntos adicionales al PIB”.
Finalmente, cuando la tercera fase afloró (reformas y recuperación), Rajoy volvió a oponerse a la estrategia de economía sostenible como alternativa al model productivo y reclamó una vuelta al modelo de 1996, retroduciendo la deducción por vivienda, que estaba en el origen de la burbuja inmobiliaria.
Por tanto, según explicó Caldera, “durante la crisis Rajoy se ha mostrado errático, ideologizado y carente de sentido económico, próximo al mercado libre, y cuando se planeó una estrategia para transformar el modelo productivo viró hacia el modelo económico de 1996, con todos los desequilibrios estructurales, sobredimensionamiento de la construcción, escaso aumento de la productividad y fuerte endeudamiento del sector público, que ha producido”.
Para concluir, según resumió Caldera, “el documento “La España de Rajoy y Cameron” revela la agenda oculta del PP a pesar de la indefinición que trata de mantener Rajoy sobre su programa de futuro”. Y en opinión de Caldera, “a la vista queda que una España gobernada por Rajoy volvería al modelo económico especulativo y de bajo valor añadido, sería más insolidario que el actual, pues debilitaría el Estado del Bienestar, sería ambientalmente insostenible, y socialmente excluyente, pues daría marcha atrás a leyes sociales como la matrimonio homosexual, la ley de igualdad de género o la del aborto”, concluyó.
Por su parte, Elena Valenciano se refirió al informe “La España de Rajoy y Cameron” para indicar que “es un GPS de lo que suponemos que piensa Rajoy, más allá de sus balbuceos, su opacidad y su agenda oculta”. En su opinión, el documento “pone de manifiesto que hay distintos modelos y enfoques para salir de la crisis y para abordar la recuperación económica”.
Finalmente, Valenciano defendió la oportunidad del informe “pues aborda asuntos ideológicos como el copago o la energía nuclear que no son compartientos estancos, y afectan al debate político local y autonómico”.
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