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lunes, 11 de abril de 2011

VEGA DE PAS: LOS VERDADEROS PASIEGOS DE ESTE SIGLO


Por Leire Díaz, responsable del PSOE en la Vega de Pas
Hace escasas fechas se presentaba en Selaya el libro 'Los Pasiegos del siglo XXI' escrito por Iñaki Izquierdo Muxica y que, en palabras de su autor y del Presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, representa la forma de vida y costumbres pasiegas. Lo he leído varias veces, lo he metabolizado todo lo que he podido y he escuchado muchas opiniones de gente de Vega de Pas, indignada y dolida con este libro.
Yo también me siento dolida e indignada, no por el libro, porque cada uno es muy libre de editar lo que considere oportuno, sino porque Miguel Ángel Revilla considere que lo que plasma el libro es la realidad pasiega del siglo XXI.
Lo que en esas imágenes se refleja es la mínima parte de lo que son los pasiegos: gente dura, aguerrida, superviviente, con una cultura propia pero montados en el carro del siglo XXI. Y no verlo es de necios. Y no dar las herramientas oportunas para ello, de irresponsables.
Es cierto que la gente sube por las empinadas laderas para llegar a cabañas en los altos y poder así alimentar a las vacas siguiendo las costumbres nómadas de los pasiegos, pero no es menos cierto que eso es el trabajo. Y una vez acabado el trabajo, la mayoría vuelve a las cabañas de la zona baja, cada vez más preparadas, como cualquier otra vivienda.
En aquella presentación, Revilla decía que no se podía esperar nada de los pasiegos porque no le votaron cuando el tema del Pantano estaba candente. Y eso ha causado estupor y malestar entre los que lo oyeron y los que nos hemos hecho eco de ello.
A estas alturas, el presidente de Cantabria, si hiciera uso del más mínimo sentido de la decencia política, debería pedir perdón por esas palabras, porque no acudía a Selaya como líder del PRC, sino como Presidente de una Comunidad Autónoma y, salvo que Vega de Pas se haya establecido como país autónomo, sigue siendo una parte más de Cantabria. Una de las más bellas, por cierto.
Lo cierto es que el populismo de Miguel Ángel Revilla está adquiriendo niveles de esperpento. Él, que se precia de querer tanto a Cantabria y pasear por el mundo llevando anchoas y sobaos, debería saber que Vega de Pas está en el carro del avance. Cierto que no es por lo que hace el alcalde (de su partido), más ocupado de sacarse sus propias castañas del fuego que de llevar a Vega de Pas a la excelencia por lo idílico del enclave y las maravillosas gentes que allí viven.
Vega de Pas dispone de WiFi, Centro de Salud, Farmacia, Colegio Público, Residencia de Ancianos (la mayor fuente de empleo en la zona), Centro de Día, dos telecentros y agua potable (¿se acuerda que la última vez que usted estuvo en Vega de Pas no lo era y que no se atrevió a beber de la botella de agua del grifo que le ofrecieron?).
Es normal que usted no sepa que los pasiegos avanzan, ya que sus visitas a Vega de Pas se producen cada cuatro años y en época electoral. Por ello es normal que desconozca que las Consejerías de su Gobierno, con Dolores Gorostiaga a la cabeza (en el trabajo efectivo, que las romerías en esto no cuentan) han metido a Vega de Pas en el siglo XXI por la puerta grande. El colegio ya dispone de calefacción en el comedor y un patio cubierto en el que los niños pueden jugar incluso cuando llueve, ya tenemos WiFi para que nuestros escolares, nuestra población universitaria, jóvenes y mayores que lo deseen puedan acceder a la ventana al exterior que Internet abre al mundo y a los avances pero, sobre todo, a la velocidad del resto de la comunidad.
El agua potable, caballo de batalla del PSOE, tanto local como regional, se ha conseguido a base de esfuerzos presupuestarios y de insistencia de quienes estábamos hartos de ver cómo en verano había muchos habitantes que padecían desabastecimiento tres meses y el resto bebía agua con materia fecal que provocaba diarreas y que en el colegio y la residencia de ancianos sólo se pudiera beber agua embotellada.
La Ley de Dependencia, todas las necesidades de sociales atendidas por la prestación de la Consejería de Dolores de Gorostiaga, dispuesta a que las dificultades de accesos por la orografía o por las distancias no fueran un handicap para los habitante de Vega de Pas.
Todas esas cosas que Revilla no pasea encima de abarcas y mete en un tarro de anchoas son las que posibilitan que los ciudadanos disfruten de la calidad de vida que se merecen. Todas esas necesidades no solicitadas por el alcalde, que necesita de GPS para encontrar aquellas consejerías que nunca visita porque no le suponen camiones de grava y accesos a las fincas de conocidos y amigos.
Señor Revilla, Vega de Pas es mucho más que potenciales votos. Son personas ocupadas y preocupadas por salir adelante, por ver crecer a sus hijos e hijas, por avanzar y por seguir viendo y conservando esa maravilla de la naturaleza que descansa a los pies del Castro Valnera. No sólo hay que hablar y contar chascarrillos, cantar villancicos montañeses o apuntarse a cuanta romería se celebra. No es un písame allá un puro que aquí dejo y hacemos de la tontería (y guarrada, por otra parte) un problema regional. No están los tiempos para estas cosas, están para trabajar por la ciudadanía, incluida la Vega de Pas.