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sábado, 1 de noviembre de 2014

LA GUÉRTIGA DE "TOLOSANTUS"



Me contaron de pequeño que en la tarde de "Tolosantus", justo después de la misa que se hacía en los cementarios, había que marcharse antes de que se hiciese de noche.

http://cssjs.decoracion2.com/imagenes/2010/10/calabaza-halloween-cementerio.jpg-¿Que pasa después de que se haga de nochi?- pregunté.
-Pues que cuando viene la nochi viene la GUÉRTIGA.- me respondían.

Lo cierto es que yo vivía muy cerca del cementerio, y desde muy pequeño fue un lugar habitual donde incluso en las noches de verano jugábamos. Lápidas, cruces, fechas y artificiales flores de colores formaban parte de mis recuerdos infantiles sin ningún atisbo de miedo.

Aquél nombre me llamó la atención. La GUÉRTIGA.

La curiosidad de niño me hizo preguntar. -¿Que es la GUÉRTIGA?
La contundente respuesta me desconcertó y acrecentó mi duda. -Cuando la veas tal vez lo sepas.

Esa nochi no la vi y muchos años pasaron hasta que creí verla.

Ya no recordaba aqueña conversación de mi niñez, cuando una nochi de "Tolosantus" volvía a casa después de haber pasado toda la mañana en Arredondo y haber empalmado con la marcha nocturna de Solares. Pasaba por en frente del cementerio como tantas otras noches, y es que cuando uno vive cerca del cementerio piensa que no hay mejores vecinos, ya que no molestan, y pasa uno por en frente de casa de los vecinos como si tal cosa. Pero aquella nochi aun la tengo presente.

El viento sur de aquel día había ayudado a que más castañas callesen de su espinosa cubierta. No hacía frío y la noche era propicia para que el fuego apareciese por algún monte cercano. De momento cualquier vestigio de brisa cálida desapareció, y un golpe de aire gélido como de tormenta me hizo mirar al cielo buscando nubes de tormenta en una despejada nochi estrellada. Nada, ni rastro de nubes. Oí cadenas y miré hacia la puerta del cementerio que estaba en lo alto.

-Alguien sale tarde de cementerio.- pensé.

La puerta-verja del cementerio estaba cerrada y en ese mismo momento alguien vestido de blanco de espaldas parecía que estaba cerrándola. En una mano llevaba una calabaza con un vela dentro que alumbraba siniestramente el muro del cementerio mientras se alejaba hacia una de sus esquinas. El gato que acompañaba aquella figura me pareció negro. Al volver la esquina, quien fuera aquello miró hacia donde yo estaba. Fuego, su mirada me pareció fuego.

Aquella noche varios montes del pueblo aparecieron ardiendo y no se apagaron hasta el día 4 de noviembre.

-¿Ví a la GUÉRTIGA? No lo se. Tal vez.


Saludos Ñeros.