No es lo mismo ver el mar desde un restaurante cenando marisco, o desde un chalet a pie de costa, o desde un hotel en primera línea de playa, que verlo desde un panojal.
Como no es lo mismo ver un campo de futbol desde un palco presidencial, que ver un campo de golf al otro lado de una valla en Ceuta.
Básicamente el mar solo muta de género si lo ves desde un panojal, es la mar que nos acompaña. Y un campo verde deportivo, de futbol o golf, viene a ser para hacer deporte más allá de si lo ves desde un palco o situado detrás de una verja cortante. ¿Qué cambia? La perspectiva del que mira. Haced la prueba. Mirad la playa repleta de turistas mientras trabajas o miradla mientras cenas marisquito. Ambos, camarero y cliente, la ven. ¿Quien la disfruta? Pues eso. Seamos amables con quienes nos sirven cuando disfrutamos y comprendamos que la gente desee nuestro lujos (trabajo y ocio), que en otros lugares no existen. ¿Son menos personas para que no merezcan lo mismo? NO
Saludos Ñeros.
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