Charniegus, papardus, Iñakis, caracoleros, maquetos, marmotas, etc. son algunas denominaciones que algun@s cantabr@s dan a ciertas generalidades de turistas. Lo cierto es que generalizando tenemos un 100% de posibilidades de equivocarnos pero con el riesgo ya asumido vamos a generalizar.
Claro está que, turísticamente hablando, no es lo mismo un Guipuchi que un Iñaki, un maqueto que un papardu o un Charniegu que un jádalo. Ni siquiera es igual un turista de julio, de la primera quincena de agostu y Semana Santa o de septiembre. Lo que sí se siente común para todos es que el día que no hace para playa las carreteras de llenan de lo que, a los indígenas nos parece, gente que no sabe donde va.
Otro punto en común es la posible fuente de alimento del turista, digo posible porque muchas veces vi su recolecta pero nunca su consumo. Cuando llueve, con la maldita bolsa de plástico, se ven l@s caracoler@s, desencastando el género porque no es tiempo para su apañe. En las rocas de la playa las lapas/llampas y los mejillones/mordejones son presa de la navaja. En la ría he visto hordas depredadoras de navajas/muergos paquete de sal en mano. Ni siquiera las ostras, las esquilas/quisquillas o los cambaros están a salvo del turista. Si pillan los guardias a un indígena cogiendo percebe se le cae el pelo.
No quiero aquí dejar títere con cabeza y pasó a enumerar la rapiña por las orillas de los caminos y más allá. Productos hortícolas y frutícolas son hurtados sin aparente remordimiento. Parece ser que todo aquello que no tienes un cartelito que ponga propiedad privada es susceptible de ser público, cuando es al revés, lo que no es tuyo es de otro, si te lo llevas lo estás robando.
Advertencia, hay propietarios que fumigan los días claves, las diarreas son un precio a pagar.
Que ustedes soporten bien el verano.
Saludos ñeros!
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