La leyenda de Esteru, que he puesto en anteriores días ( ver enlace ESTERU), ha causado notable éxito, y desde Cobejón en Udías me ha llegado otra versión de la historia, aquí la tenéis:
Un día, iba un hombre por un camino del monte y se paró al oír unos ruidos junto al río. Se acerco y empezó a oír llorar a un bebe que se movía entre los escajos. Era un bebe abandonado. Pensó que no podía dejarlo ahí, que se moriría de frío. Y se lo llevo rápidamente a casa.
El hombre al llegar a casa, gritaba llamando a su esposa: “¡¡Cuca, Cuca, ven aquí rápido!!¡¡Mira lo que han dejado!!”. Cuca se sorprendió mucho al ver al bebé, lo cogió y lo metió en casa y como no tenían hijos decidieron guardarlo, – “Nosotros te cuidaremos y te llamaremos Esteru”, dijo Cuca, cubriéndolo inmediatamente. El matrimonio fue muy feliz al encontrar a este niño y lo aceptaron como su hijo.
Y así Esteru creció en aquellas montañas, haciéndose un hombre fuerte. Sus padres eran muy felices con el. Esteru trabajaba muy duro, todos los días ayudaba a su padre cortando madera para venderla por los pueblos. Después de muchos años sus padres murieron y se quedó muy solo en la casa del bosque.
Fue pasando el tiempo y se fue haciendo mayor, su cara comenzó a arrugarse y su pelo a ponerse blanco. Con los años, se volvió solitario y huraño haciendo una vida muy alejado de la gente.
Y así pasó durante muchos años, pero hubo una vez una tormenta enorme que asoló los pueblos y montañas, destruyendo muchas casas y árboles. El frío y fuerte viento y el sonido de los truenos dejaron a la gente muy asustada y temerosa, sobre todo a los niños.
Ese día, durante la tormenta, Esteru estaba camino del pueblo y vio un rayo que alcanzó un colegio de niños huérfanos que rápidamente empezó a arder en llamas. Corrió rápidamente hacia la casa y vio algunos niños adentro, estaban asustados, gritando y pidiendo ayuda. Sin dudar ni un momento, llegó hasta la casa que estaba en llamas y recogió a los niños protegiéndolos del fuego, y sacándolos a través de una ventana en el primer piso.
Pero mientras él estaba tratando de salir, una madera vieja y grande del techó se le cayó encima. Esteru cayó aplastado en el suelo y con gran dolor, su corazón dejó de latir. Las personas del pueblo lloraron entristecidos cuando vieron la casa en llamas y supieron lo que había ocurrido, sabían que ya era tarde y no podían hacer nada. Pero… en ese momento fueron sorprendidos por una luz brillante que salía de la casa en llamas. Nadie podía ver lo que estaba pasando ahí adentro.
Pero adentro de la casa, la luz brillante con forma de Ángel, apareció junto a él y comenzó a llamarlo por su nombre con una dulce voz: “¡Esteru! ¡Esteru!”. Y le dijo: “Esteru, tú has sido un hombre bueno y valiente, con un gran corazón y has dado tu vida por los demás. Por eso, no quiero que mueras. Yo quiero que vivas para siempre. De ahora en adelante, tú vida la dedicaras a los niños llevándoles felicidad y otros regalos por todos los rincones del mundo”.
Y desde entonces todas las navidades, al final de cada año, Esteru va por los pueblos con su ''burru'' repartiendo juguetes y regalos a los niños para que sean felices.
Saludos Ñeros
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