Por PACO TORRE SOBERÓN
Después de la publicación en ‘Alerta’ de anteriores informaciones universalmente manipuladas, he descubierto otras muchas mentiras sobre la persona de Gadafi y de sus actuaciones político-sociales en los muchos años que ha sido máximo responsable de la política estatal libia. Dado que quienes se dedican profesionalmente al culto a las mentiras –“mil veces repetidas se convierten en verdades sociales”-, con el objetivo de denigrar a personas y organizaciones, cuya filosofía política se encarna solidaria y fraternalmente en proyectos emancipatorio-liberadores, son objeto de todo tipo de infundios y vejaciones, para evitar que la sociedad civil sin privilegios pueda apoyarlos con lógico interés.
Con este reflexivo comentario, no pretendo hacer de “abogado del Diablo”, sino mediante –desinteresadas- investigaciones históricas –en honor a la verdad-, buscar en fuentes honestas y creíbles la dignidad humana –por encima de intereses mercantilistas-, con todo el bagaje que implica la justicia social igualitaria, principal fundamento de respeto a todos los pueblos, a sus culturas e independencia, sin ingerencias colonialistas. Todo esto, es incompatible con políticas imperialistas, dada la inevitable y permanente corrupción del capitalismo, por su concepto humillante y discriminatorio. Por lo tanto, Gadafi merece -al margen de inevitables errores personales y políticos- un alto reconocimiento, por su permanente aportación a la justicia del pueblo libio; con proyección a todos los pueblos que sufren opresión, por su inquebrantable concepción del socialismo igualitario, auténtico liberador.
Quienes piensen que “alucinamos”, deberán saber que aceptar acríticamente las informaciones convencionales en esta enferma sociedad, no equivale a ningún salvoconducto de ética y dignidad humana; pudiendo buscar fuentes independientes, críticas y fiables, entre ellas están: Rebelión, Telesur, Wikipedia, Energy-pedia News, etc…
Veamos –resumidamente- los principales motivos que han llevado al golpe de estado en Libia. A partir de los años 70, Gadafi nacionalizó el petróleo, con la indignación de las transnacionales, colmando su imperial paciencia con el embargo en 73, que Libia y otros países árabes decretaron contra quienes financiaban la política genocida de Israel contra Palestina. Entre los países embargados hasta el 74 estaba EE.UU. Libia se negó a levantarlo. Por lo que el apoyo de la URSS le libró de una invasión.
“¡Vemos que la guerra fría era menos mala que la caliente actual!”
En el 82, EE.UU. decretó un bloqueo comercial a Libia. En el 84 organizaron un atentado contra Gadafi y en el 86, bombardearon Trípoli y Bengasi –ya sin miedo a la URSS de la Perestroika- y destruyeron su residencia, matando a una hija.
A partir del 92, eliminados los regímenes socialistas, la ONU, controlada por EE.UU. y sus aliados decretó el embargo a Libia. En el 93 le endurece aún más, tambaleándose la economía. Ante la situación económica insostenible Gadafi decide pactar con los ya citados promotores del bloqueo. En el 99 la ONU levantó las sanciones y en el 2004 lo hizo Washington. A cambio Libia renunció a su proyecto nuclear. En el 2005 sacó a subasta el petróleo, hasta entonces público. Decenas de petroleras –entre ellas Repsol-, se lanzan a devorar el gran pastel y Gadafi es recibido amistosamente por los gobiernos que antes le declaraban terrorista. Ante infinidad de vejaciones más, ahora -¡atención, no seamos autómatas!- toca explicar por qué de pronto todo cambia y la “comunidad internacional” vuelve a pedir el derrocamiento del líder libio.
Según Pascual Serrano y Alma Allende:
(25/01/2009) Gadafi dijo que Libia y otros países exportadores de petróleo estaban considerando nacionalizar las empresas extrajeras, dado el descenso del precio del petróleo […]. No podían adherirse a las regulaciones de la OPEP, porque el sustento de Libia depende de ello. El portavoz gubernamental, dijo que el Congreso Popular, máximo órgano legislativo y ejecutivo debería votar la nacionalización de las empresas extranjeras, dado el descenso del precio del crudo […].
(16/02/2009) Gadafi instó a los libios a que aprueben su propuesta de destituir al gobierno y entregar los beneficios del petróleo directamente a 5 millones de ciudadanos del estado y prometió rentas de hasta 23.000 $ anuales para el millón de ciudadanos con menos ingresos. La oposición surge de entre las élites políticas y altos cargos y no del pueblo; las cuales consiguieron bloquear su plan de entregar los ingresos del petróleo directamente a la ciudadanía, ya que perderían sus puestos si se produjese la purga para terminar con lo que él denomina estado de corrupción persistente y generalizado. “No tengáis miedo de tomar directamente el dinero del petróleo y la responsabilidad de crear las estructuras de gobierno para el bien de nuestro pueblo”, dijo a los representantes del Congreso Popular Libio, el cual es la espina dorsal del régimen de la Jamahiriya, porque constituye el máximo órgano ejecutivo y legislativo. Tras lo que posteriormente declaró: “Si lo hacéis fracasar será responsabilidad vuestra. Yo me lavo las manos”.
Mientras tanto aparecieron grupos armados dirigidos por un ex-ministro, afirmando representar al pueblo.
Ahora, con la intervención de la OTAN, los “rebeldes” ya han recuperado los pozos petrolíferos más importantes y cuentan con el respaldo de EE.UU. para su exportación, según “Magazine Of The World. “¡Hay que tener demasiada miopía para no verlo!” ¿Qué intereses defiende la OTAN de manera tan humanitaria con bombas de uranio empobrecido –como aplicó en Serbia, Irak, Afganistán…-?
Leyendo estas informaciones, ¿puede todavía alguien mantener que el golpe de estado es popular y justificado y que Gadafi –incluso desde la izquierda- que es un sátrapa y napoleónico tirano…?
Es conocido que el poder pasa factura y que errores son inevitables. Pero, dado lo que ha sufrido por sus legítimas causas, se merecería un alto reconocimiento a su heroica vida.
Paco Torre SoberónSantander (Cantabria)
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