El 30 de agosto de 2009, un grupo de unos 40 activistas convocados por Huellas Cantabria acudieron a Ampuero unos días antes del comienzo de los tradicionales encierros de las Fiestas de la Virgen Niña para protestar pacíficamente contra esas actividades.
Su llegada al pueblo no fue bien recibida por cerca de 300 vecinos que les dedicaron insultos, agresiones, robos y demás vejaciones durante cerca de 45 minutos en la Plaza Mayor de Ampuero.
Ante tal avalancha, los activistas decidieron desconvocar la marcha y salir del pueblo en autobús, el cual también sufrió la ira de los vecinos. Rompieron con una piedra la ventanilla del conductor, el cual sufrió heridas como consencuencia del lanzamiento y la marcha del autobús se desequilibró.
Como consecuencia de los hechos acontecidos en la protesta taurina que se autorizó aquel 30 de agosto de 2009 en Ampuero y que fueron denunciados ante la Guardia Civil por los activistas, el Juzgado de Instrucción número 1 de Laredo celebró un juicio el pasado 30 de septiembre, cuya sentencia dictamina que cuatro de las cinco personas que fueron identificadas por los agentes son culpables de alteración del orden público, amenazas, hurtos y daños, por lo que han sido condenados a diez días de localización permanente, dos meses y diez días de multa diaria de diez euros (700 euros cada uno), así como el pago de una indemnización de 172,2 euros a sus víctimas por el material sustraído y dañado.