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domingo, 5 de febrero de 2012

EN CANTABRIA GOBIERNA DIEGO "EL VELETA"



El presidente de Cantabria, Ignacio Diego, ha pasado de apoyar las energias renovables -no al concurso eólico por rivalidad política, pero si al desarrollo de esa energía (ver programa electoral del PP)- a dar por bueno que Rajoy se las cargue. Esta "veletada" de Diego tiene efectos demoledores para Cantabria, porque pone en peligro 2.000 millones de inversión y 4.000 empleos.

Y es que el Gobierno de Mariano Rajoy quiere impulsar la energía nuclear, de la cual está demostrado que se puede prescindir, y quizás influido por su primo, se ha propuesto no renunciar al consumo masivo de combustible fósiles, petróleo y carbón principalmente, porque no hay peligro de que nos carguemos el planeta. No al menos en el tiempo que calculan estarán en el Gobierno los del PP, y lo que ocurra después de ellos les importa un bledo.

El Gobierno de Rajoy prefiere seguir vaciando nuestras reservas de divisas pagando miles de millones de dólares a los países árabes por el gas y el petróleo, mientras que quienes todavía tienen petróleo para dar y tomar ya están tomando medidas para equilibrar la producción de energía, con un desarrollo acelerado de las renovables, como es el caso de Estados Unidos. Lo saben de primera mano empresas locales, algunas con presencia en Cantabria, que trabajan para importantes proyectos puestos en marcha por la Administración Obama y también en el Reino Unido.

Que a Rajoy le importe un pimiento el efecto invernadero o que el cambio climático le parezca un camelo, da una idea de la capacidad intelectual del individuo, pero mientras era oposición esa actitudes sólo iban contra el sentido común. Sin embargo, cuando se toman desde la presidencia del Gobierno del Reino España su efecto puede ser devastador. Para Cantabria, por ejemplo, es una pésima noticia, toda vez que la moratoria en las primas a las empresas con proyectos vinculados a las energías renovables, las adjudicatarias del concurso eólico, va a dificultar que nuestro principal proyecto económico y de futuro eche a andar. Ante esta situación cabía esperar que las autoridades regionales pusieran el grito en el cielo, comprobado, además, que aquí únicamente el que llora mama. El ejemplo está en Canarias, que nada más conocer la decisión del Gobierno de retirar las ayudas a las renovables exigió -el Ejecutivo canario es de coalición regionalista-socialista- que se excluyera a las islas de la moratoria. Y el ministro de Industria, José Manuel Soria, tal vez por se canario, además de por la presión ejercida, ha aceptado y hecho la excepción.

Diego, "el veleta" sumiso, ha optado por seguir el ejemplo de sus mayores, de aquellos que le precedieron en el cargo y que se sometieron sin más a las decisiones de los ‘dominantes’, entonces Aznar y ahora Rajoy. Un semana después de que la decisión de Rajoy pusiera en serio peligro el concurso eólico de Cantabria el presidente regional se soltó la lengua, con retraso evidente, para negar la mayor: el concurso que está en el aire era un bluf. Pero visto que atacando al pasado no era suficiente para explicar su inhibición, recientemente se decidió a tomar postura y lo hizo a favor de Rajoy y en contra de Cantabria. A Diego le parece de perlas que nos dejen sin ayudas al eólico, porque, en su gran conocimiento del tema, tiene información de que las empresas “de verdad” que actúan en ese campo pueden hacer negocio sin la colaboración de las administraciones públicas (deben ser las únicas). No es lo que dicen los representantes de las empresas afectadas, pero ya sabemos que Diego interpreta mejor que nadie lo que piensan los demás, en tanto que cada día resulta más difícil saber lo que el piensa, si es que piensa algo.

El otro gran sumiso de la historia reciente de Cantabria, el ex presidente regional por el PP, hoy presidente de la Autoridad Portuaria, José Joaquín Martínez Sieso, al menos tuvo la precaución de mantenerse callado cuando el Gobierno Aznar nos robó la segunda fase del Objetivo 1 para desviar cientos de millones de euros hacia la Comunidad de Valencia, que entonces presidía Eduardo Zaplana, precursor del mundialmente conocido Francisco Camps. Diego va más allá y jalea la decisión del Gobierno del Reino España que pone en cuarentena el desarrollo eólico e importantes proyectos de I+D+i.

Saludos Ñeros