Cuatro son las modalidades bolísticas vernáculas del territorio cántabro, tres de ellas, bolo palma, bolo pasiego y pasabolo tablón, incluso han superado su implantación el territorio de la Comunidad Autónoma de Cantabria, y solo una modalidad, el pasabolo losa, tiene su práctica exclusiva en Cantabria, y más concretamente en la comarca histórica de Trasmiera.
Esto último podría ser a priori una condición suficiente para que las instituciones de Cantabria se preocupasen en su conservación, pero nada más lejos de la realidad, parece ser que no enfrentarse competitivamente a practicantes foráneos de Cantabria hace que sea menos morbosa su práctica deportiva.
Las cuentas están hechas, un deporte tradicional como el Pasabolo Losa, que se ha llegado ha practicar en 10 municipios como lo son Santoña, Argoños, Escalante, Bárcena de Cicero, Noja, Arnuero, Meruelo, Ribamontán al Mar, Ribamontán al Monte o Bareyo, ahora solo se practica en 6 municipios trasmeranos como Argoños, Arnuero, Meruelo, Bareyo, Ribamontán al Monte y Ribamontán al Mar, y cada vez las peñas y sus practicantes son menos.
Este año por ejemplo, en el municipio de Bareyo se pierde para la competición liguera de Pasabolo Losa la peña San Lorenzo de Güemes. Bareyo, municipio que durante mucho tiempo ha sido el epicentro de la conservación y el mantenimiento de este vernáculo deporte trasmerano, pierde peñas y practicantes a pasos agigantados sin que las instituciones municipales hagan nada para remediarlo. No hace mucho tiempo había tres peñas en Ajo y tres peñas en Güemes, los dos pueblos del munidipio de Bareyo, en la actualidad solo quedan dos peñas en Ajo y una en Güemes. Las ayudas a la creación y mantenimiento de la peñas bolísticas de Pasabolo Losa han sido nulas o inexistentes, este año 2012 precisamente incluso se han eliminado de los presupuestos municipales del ayuntamiento de Bareyo 2/3 de los recursos destinados a concursos de Pasabolo Losa patrocinados por el propio consistorio de Bareyo, y 1/3 el dinero destinado a la Escuela de Pasabolo Losa, sangría que no se corresponde hasta la actualidad con el nivel deportivo de los jugadores oriundos del municipio de Bareyo, ya que estos siguen cosechando éxitos deportivos, nada reconocidos por las instituciones actuales hasta el día de hoy.
¿Qué decir? Lo nuestro, lo propio, lo que nos ha hecho ser lo que somos, lo que ha formado nuestro modo de ser, se olvida. Y en algunos lugares como lo es el municipio de Bareyo, el nexo de unión identitaria que podría constituir la práctica de un deporte tradicional y vernáculo se rompe por inacción municipal, falta de ayudas, desprecios y cuestiones de diferencias políticas.
¡¡Ya llegó la política a este artículo!! Si, la política llevada a cabo durante muchos años ha sido la búsqueda de la rentabilidad económica, y sobre todo la búsqueda de la rentabilidad política, es decir la reunión de votos para perdurar en el poder o conseguirlo, pero ¿Puede ser rentable económicamente siempre la conservación del patrimonio etnográfico de una comarca? y ¿No es deber de los entes públicos de la conservación de las señas de identidad de un pueblo? Parece que no es el deber de los entes públicos municipales conservar sus señas de identidad, y queda demostrado que en Cantabria ni siquiera lo es de los entes públicos autonómicos. Entonces ¿Para que existe un Estatuto de Autonomía de Cantabria? ¿Por qué los sucesivos gobiernos de Cantabria no se han preocupado de su desarrollo y cumplimiento? Es la pescadilla que se muerde la cola. El gobierno debe conservar lo que se reconoce, y si no reconozce algo pues no gasto recursos en su conservación, los ayuntamientos, el parlamento de Cantabria y el gobierno de Cantabria (que no cántabro según parece) no reconocen que hay un problema de conservación con una de las señas de identidad de nuestro pueblo, y no ponen ningún recurso para su conservación. Aquí están casi todos los políticos metidos en el ajo, ya que casi todas las opciones han gobernado y nada han hecho para evitar llegar a esta situación.
Saludos Ñeros.
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