La Fundación Botín ha finalizado la intervención en la iglesia de Santa María de Bareyo, un proyecto integral que tuvo su primera fase con la rehabilitación del edificio y que ha concluido con la ordenación del entorno.
La rehabilitación de la iglesia ha sido realizada por la fundación hace unos años e incluyó el arreglo del interior, del aparcamiento y del camino desde el pueblo y se hizo un estudio arqueológico que aportó datos relevantes sobre la evolución histórica y material del edificio.
El proyecto ha continuado con la ordenación del entorno en el que se han involucrado también Gobierno de Cantabria, el Obispado y el Ayuntamiento de Bareyo. De hecho, esta segunda fase consistía en separar el cementerio y requería del desvío de la carretera que sube a Bareyo por parte del Gobierno de Cantabria.
El arquitecto Eduardo Ruiz de la Riva y al paisajista Luis González-Camino realizaron un proyecto de intervención que diera tanta importancia al edificio como al entorno. Y es que la pradería sobre la que asienta la iglesia y las vistas que se disfrutan sobre la ría de la Venera se entendían también como un patrimonio a conservar.
La actuación ha consistido en demoler las tapias y panteones que estaban adosados y se han construido siete nuevos en piedra arenisca ,así como tres columbarios. Salvo la tapia del oeste que se ha aprovechado parcialmente, se han construido nuevas tapias que lo cierran por completo. También se han realizado enlosados de piedra para los nuevos caminos y plazoletas.
Se ha creado una plazoleta adoquinada delante de la puerta de acceso al cementerio a donde llega el camino que baja del dextro y el que viene de la carretera de acceso que ahora termina aquí.
Se ha creado una plazoleta adoquinada delante de la puerta de acceso al cementerio a donde llega el camino que baja del dextro y el que viene de la carretera de acceso que ahora termina aquí.
En cuanto a la parte vegetal, lo más importante ha sido la construcción de un muro de contención de mampostería seca de arenisca a lo largo de la carretera que ha permitido devolverle a la encina centenaria una parte del volumen de tierra que se le quitó cuando se construyó la carretera hoy desviada. Además se han plantado algunos árboles y trepadoras.
Saludos Ñeros
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