Hacer coincidir algún periodo de mis vacaciones con el inicio del invierno no es casual. Entiendo que el cambio de hora, los días oscuros, y el frío se afronta mejor con las pilas cargadas por un periodo ocioso y de calor.
Y no parece que yo piense así solamente, parece ser que nuestros más antiguos ancestros también afrontaban su fin de año (Samuín) con una de sus principales fiestas, Samuín, Halloween, Nochi de dejuntus o como quiera llamarse.
Cada persona puede tener un recuerdo para las personas que ya no están cuando quieran, pero tener un día al año donde la cita es culturalmente casi ineludible no está mal, sobre todo cuando uno se acuerda para bien.
Acaba mi vacacioneo, comienza lo que en la antiguedad llamaban la "época oscura", acaba la temporada, se tallan calabazas y se comen castañas, bienvenidos los buenos recuerdos y fuego para los malos.
¡Saludos Ñeros y felíz Samuín!
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