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martes, 17 de febrero de 2015

LA MUERTE INDUCIDA DE LA MALA POLÍTICA


Ayer enterramos a Amparo Perez. La codiciada Vaguada de las Llamas se ha quedado sin una persona que, teniendo allí su hogar se lo han querido arrebatar sin un acuerdo satisfactorio para ella. Te quitan tu casa y a cambio tienes que pagar 10.000 euros por un pisuchu (apartarmento). ¿Qué manera de pagar es esa?

En este caso podemos ver claramente como la soberbia de un alcalde y la falta de empatía de muchos políticos se llevan por delante a muchas personas. Inducen a su muerte económica, personal, afectiva, física o moral.

Me recuerda este caso a otro más cercano en mi municipio de Bareyo, donde el alcalde despidió a dos personas, una de ellas por motivos políticos demostrados en juicio, y la otra es muy probable que también, dejando expuestos a dos ciudadanos a una posible defunción económica, moral, afectiva, familiar....todo lo que una persona sin trabajo puede llegar a padecer, incluso la muerte física, sin ningún tipo de empatía por lo que un parado puede llegar a padecer. La mala política tiene estas cosas.

Lo justo sería que por estas cosas alguien pagase penalmente, pero parece una práctica legal, que ni siquiera tenemos la certeza que afecte moralmente, a quienes inducen a finales sucesos dramáticos.

¿Qué nos queda? Parece ser que la primera pena, que podemos poner los ciudadanos, es apartar a los políticos con falta de empatía e inductores de muerte de nuestra vida pública, mandarlos donde no puedan inducir ninguna muerte de cualquier tipo, y apoyar a los políticos que declaran la empatía con el ciudadano, el servício público justo, el respeto al diferente y la trasparencia como puntos principales de sus acciones.

Puede que algunos hayan ganado una batalla, pero ¿Vamos a dejar que ganen la guerra los malos?


Espero no tener que hablar más de ninguna Amparo.

Saludos Ñeros.

Enlace recomendado: Amparo gana a la soberbia