Leyendo, leyendo uno recuerda cosas de las que le entran ganas de escribir.
Le salen a uno recuerdos de la mili cuando las imagenes de los medios de comunicación se centran en las tropas españolas desplazadas en lejanos paises. Con mi imaginación me pongo en el lugar de esos soldados y despierto de golpe. Yo no queria ir a la mili y casi con seguridad no iría voluntariamente a ninguna guerra.
Aznar, en un ataque de populismo, suprimió en el 2001 el servicio militar obligatorio. Por aquel entonces había todo un movimiento de objeción de conciencia y hasta de insumisión. Mucha gente que como yo, nunca llegamos a ser ni siquiera objetores, recibió la noticia con alegría.
Curiosa la cosa, un partido de derechas tomaba la decisión que nunca se atrevieron a tomar los gobiernos socialistas. Yo pienso que fué por darse un aire de popularidad y de pasar a la historia, que al final lo hizo por algo militar, ustedes lo saben.
No es a lo anterior a lo que quiero llegar. Lo que quiero decir es que, a parte que se suprimió la mili de modo apresurado, sin comprobar si había profesionales suficientes para sustituir a los soldados de reemplazo, la profesionalización del ejercito en un estado donde la mili no se queria ni ver, ha provocado que la imcorporación de profesionales llege desde las capas más necesitadas, los emigrantes, son casi los únicos que mueren en nuestra guerra, solo hay que ver el origen de los últimos muertos en las misiones que España lleva a cabo.
En las guerras de Cuba, Filipinas o Africa, el servicio militar era obligatorio, pero los ricos podían pagar a un pobre para que los sustituyera, había unos versos que decian:
Si te toca te jodes,
que te tienes que ir,
que tu madre no tiene
dos mil reales para ti,
a la guerra del moro a que luches por mi.
Eso es lo que ocurre ahora, que nosotros los ricos pagamos para que hagan los pobres LO QUE NOSOTROS NO QUEREMOS HACER.
Saludos Ñeros.
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