El presidente electo anuncia que la construcción y el turismo tendrán prioridad sobre la innovación tecnológica y el desarrollo de las energías renovables
Los primeros días de Ignacio Diego como presidente electo de Cantabria están sirviendo para esbozar lo que será su plan de acción en los próximos cuatro años. Sin mencionar medidas concretas, ha señalado que la construcción y el turismo son los ejes “prioritarios” para reactivar el mercado de trabajo. Esta declaración de intenciones demuestra la confrontación de ideas entre un gobierno de derechas y uno de izquierdas. Mientras los populares continúan viendo en la construcción el motor de desarrollo de la economía, los socialistas apuntan a un cambio de modelo productivo basado en la implantación de empresas de corte tecnológico y el desarrollo de las energías limpias.
Además, mientras todas las instituciones europeas subrayan la necesidad de incubar un nuevo modelo productivo, el próximo presidente regional ha anunciado “sin tapujos”que se centrará en “reactivar el sector de la construcción”, el mismo que generó la burbuja inmobiliaria y que agravó la crisis económica en España. En esta línea, hay que recordar que la liberación del suelo que promulgó el Gobierno de José María Aznar (PP) provocó el ‘boom’ de la construcción, que desapareció al estallar la crisis de la hipotecas ‘suprime’. En ese momento, desapareció el único soporte sobre el que el Gobierno del PP había mantenido el crecimiento económico de España, generando la destrucción de millones de puestos de trabajo vinculados a la construcción.
En este sentido, cabría preguntarse dónde ha dejado Diego aquellos carteles con los que a mediados de enero comenzó la campaña electoral y en los que rezaba “La innovación es la única garantía del bienestar”.
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